Mi Mar
Mi centro es mar muerto
salado y seguro. Confieso
que en lo más profundo
de la noche me imagino
abriéndome como una cascada.
Bendito el amante
que se empapa de mi cuerpo
y me arrastra hasta su orilla.
Que recoge los gemidos que siembro
en las caracolas. Que las besa
y las tiran a la deriva. Que sabe
que las piedras las talla
el agua. Amante que roba
cuidadosamente. Que reconoce
cuando debe reponer lo robado.
Así amo, cada segundo comprometido
con tu placer. Escondiendo
en mis venas la sal que se estrella
contra tu arrecife.